Lo que tenemos que aprender lo aprendemos haciendo, por lo tanto, puedo decir nada más empezar que los documentales son una buena forma de
aprender.
Hoy en día, la escuela y la educación son conceptos ampliamente
discutidos en nuestra sociedad. Partiendo de reflexiones tan críticas que han ido surgiendo
a lo largo de los años, creo que tanto las nuevas propuestas como las prácticas
actuales deberían centrarse en una educación innovadora, que rompa con todos
los esquemas que la escuela tradicional ha ido arrastrando, y que mejor manera que utilizar como recurso pedagógico
un documental, ya que da la posibilidad de ser objetivos en el trabajo que se
está realizando.
Cabe destacar que la creatividad, juega un papel fundamental en
este proceso, puesto que es necesario inventar y narrar mediante imágenes el contenido
que se desea trasmitir. El beneficio más evidente de la educación virtual
reside en que no únicamente brinda conocimientos, sino que introduce a los pequeños en el gran mundo de la tecnología.
En mi opinión, un documental es más que un medio de comunicación, siendo
necesario interpretar sus resultados para descubrir que es lo que nos quiere
comunicar. Como todo relato, se utilizan técnicas que hay que conocer, descubrir
e interpretar para que los mensajes lleguen a los espectadores lo más
sencillamente posible.
A la hora de diseñar el borrador del documental he tenido en cuenta que mi objetivo es enseñar el
contenido amenizando su visualización, captar la atención de los espectadores
y que sea de ayuda para el aprendizaje del público, en este caso mis
compañeras, debo evitar ser monótona y
lineal en la producción, ya que todas tenemos los mismos conocimientos,
resultando aburrido si caemos en el error de representar un vídeo poco
atractivo que no despierte la curiosidad de aprender.
En conclusión, plantearme la esencia de llevar a cabo un
documental, me ha enseñado que trasmitir ideas o conocimientos no es una tarea
fácil, ya que su composición se basa en el consenso entre mi compañera y yo, y
es un trabajo en grupo que mientras está en proceso es complicado y necesita
mucho tiempo y dedicación, pero cuando se ve el resultado final la satisfacción
es gratificante.
En definitiva, esta
estrategia pedagógica puede ser de gran utilidad para aprender de nuestros
errores, dado que permite visualizar desde fuera la práctica educativa y poder emendar
los fallos cometidos. Además, no solo beneficia a nivel profesional sino que
ayuda a crecer como persona, porque no únicamente sirve para enseñar o
aprender, sino para recopilar vivencias, momentos, experiencias…