¿Qué he aprendido de la
lectura?
La lectura,
insiste en que la docencia es una profesión de características singulares, que nace
de los saberes y se hace de la trasmisión cultural. Es evidente, que no todo el
mundo tiene las mismas habilidades para enfrentar las mismas situaciones, pero
aún así todos somos dirigidos por nuestras actitudes y dependiendo de un momento
u otro condicionan nuestra actuación.
En mi opinión,
uno de los principales factores que mejora
la profesionalidad, es el trato que el maestro proporciona a sus alumnos,
puesto que esa relación determinará la
direccionalidad del aprendizaje de los pequeños. A veces las personas no
podemos separar lo personal de lo profesional, entramos al aula con nuestras
preocupaciones y agonías que lo único que propician son inquietudes a los niños,
que se las llevan al terreno personal etiquetándose por lo sucedido.
Por último,
creo que cuando trabajamos o nos rodeamos de esas pequeñas esponjas que son los
niños, nuestras actitudes, creencias y palabras son fundamentales para su
educación, además de tener el poder de crear o destruir en función de cómo se utilicen.
¿Qué ha aportado a mi rol de
practicante?
Teniendo en
cuenta de que soy del itinerario B, y actualmente no estoy realizando mis
prácticas, puedo decir que la lectura me ha hecho revivir algunos conceptos que
tenía olvidados y que en su día crearon en mí algunas dudas.
Rescatando el
papel del docente y la importancia que tiene dentro del aula, un aspecto fundamental
es tener en cuenta la práctica educativa
en su concepción más amplia, tanto en la manera de actuar como en la forma en
la que se enseña a la persona que está cursando dichas prácticas.
Aprender a
enseñar es una tarea complicada de llevar a cabo cuando se está delante
de un aula de educación infantil, puesto que no se puede dejar de atender las necesidades
básicas de los niños, además de cumplir con ese agente educador que es la
escuela.
Es
fundamental, que todos los docentes reflexionemos sobre nuestra práctica
educativa y dediquemos aunque sea un pequeño tiempo diario a observar que hacemos
y como lo podemos mejorar. Siempre hay cosas que mejorar, cosas que no vemos en
ese mismo momento, cosas que se nos pasan por alto… Asimismo, antes de actuar debemos pensar muy
bien nuestra acción, dado que puede tener represalias importantes tanto en los
niños como en nosotros mismos.
En definitiva,
creo que una maestra nunca deja de aprender
y debe estar en constante cambio para poder ser polivalente y adaptarse
a todo tipo de situaciones. No obstante, me queda un largo camino por recorrer,
el cual me tomo con calma y paciencia para ir aprendiendo todo lo que pueda del
camino.
¿Qué preguntas puedo plantar a
mi tutora a partir de la lectura?
Algunas
preguntas que si me gustaría poder plantear a un docente en activo, son:
-
¿Qué debo observar en los
niños y en qué momento hacerlo?
-
¿Cómo modificamos una
conducta disruptiva?
-
¿Cómo mediar ante un
conflicto?
-
¿Cómo trabaja los miedos
tanto con los pequeños como con ella misma?
-
¿Cuál es su filosofía y sus
creencias dentro del aula?
-
¿Si hay algún caso particular
dentro del aula? (en el caso de que realice las prácticas)
Todas estas
preguntas, son dudas que poco a poco me surgen al tratar con diferentes niños,
de los cuales normalmente no dispongo de información. Por esta razón, creo que
toda la información que puedan proporcionar tanto los padres como la educadora
es fundamental.
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